En 1956, tras la pista de los Maya, Robert Vergnes se encuentra con el vulcanólogo Haroun Tazieff en Guatemala, este lo convence para que lo acompañara a El Salvador, al descubrimiento de Izalco, nunca se escalado el volcán debido a la intensidad de su actividad.
El resultado es una subida inolvidable, por primera vez en las laderas del infierno llamado el Faro de Centroamérica. A una altura de 1.965 metros, es el único volcán poligénica nacido durante el período histórico (en 1770) y crece varios metros en pocos meses. Él continuó creciendo durante casi dos siglos. Entre 1770 y 1955, no menos de cincuenta erupciones.
En 1956 es el último de ellos y hoy dureme el volcán.

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